¿Edificar tu casa o destruirla?

Por: Manuela Castellanos

“La mujer sabia edifica su casa, más la necia con sus manos la derriba” (Proverbios 14:1).

Hay un privilegio muy grande que Dios le dio exclusivamente al ser humano; el poder de la comunicación a través de las palabras. Las palabras son el reflejo de nuestro corazón, y a medida que las usamos estas pintan el cuadro de nuestra alma. Con nuestras palabras podemos crear un cuadro hermoso o una escena totalmente espantosa, no hay término medio. Proverbios 18:21 dice: “la muerte y la vida están en el poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos”. El contraste es muy claro: muerte o vida. Nuestras palabras tienen el poder de traer consuelo y sanidad, o destrucción y heridas. Todo lo que sale de nuestra boca o produce esperanza o desespero; bendición o maldición.

Dios me dio dos hermosos hijos, junto con mi esposo Rich. Cada día, yo tengo la opción de edificarlos, sacar lo mejor de ellos o desanimarlos y amargarles la vida. Me he determinado escoger la primera opción. ¡Quiero ser una mujer que edifique a diario mi familia y así poder levantar un hogar hermoso en el temor de Dios!

Gracias al ejemplo de mis padres, he podido entender y experimentar el poder de la palabra hablada. Sobretodo, el poder qué hay cuando confesamos lo que la Biblia dice de nosotros o de nuestros seres queridos.

Recuerdo que cuando quedé embarazada de mi primer hijo, Noah, en el transcurso de mi embarazo, Dios me regaló una promesa para la vida de mi bebé;  Salmos 22:9-10. Esta Palabra se convirtió en mi oración en el tiempo de espera, pero también marcó de manera literal el nacimiento de mi hijo, junto son su naturaleza y personalidad.

“Pero tú eres el que me sacó del vientre (…)Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios”

Nacimiento de mi hijo

Promesa:  “Pero tú eres el que me sacó del vientre”.

Cumplimiento:

Noah nació por cesaría. En mi semana 38 de embarazo tuve preeclampsia y colecistitis; después de que mi doctora vio los resultados de los exámenes ¡me envió directamente al hospital! Llegué a las 6pm y dos horas mas tarde ya Noah había llegado al mundo. Puedo decir que su nacimiento fue un milagro; Dios protegió su vida y la mía.

Personalidad de Noah

Promesa: “Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios”.

Cumplimiento:

Todos los que conocen a Noah saben que es un niño extremadamente divertido, extrovertido e incluso entusiasta: ¡Noah ama la vida! Cada vez que escucha una canción me dice: “¡me encanta esta canción, es mi canción favorita!” O si me ve con labial en los labios, le es natural decir: “¡mami te ves hermosa!” Ama estar con personas, jugar con su tío Matías y para él es muy sencillo ganarse el corazón de las personas que le conocen.

Hace pocos días, Dios habló a mi corazón, y me mostró que la personalidad de Noah había sido fruto de mis oraciones. Desde que estaba en mi vientre, Dios había llenado a Noah de Su presencia. ¿Saben? la palabra “entusiasmo” significa literalmente lleno de Dios.